Anticipación escritural.

Intercambiando sobre el último #MoodleMoot realizado en #Montevideo el año pasado (2012) con el compañero Bruno Gómez de la #Tecnoestructura de nuestra facultad abrió como un aporte destacado de la jornada una mesa sobre un tema que a mi me viene entre ceja y ceja desde hace algún tiempo: la #evaluación de aprendizajes.

Tengo esa inquietud desde que con algunos compañeros desarrollamos #CtrlN, un proyecto de innovación educativa que de alguna se materializa en la #unidadcurricular «Heramientas para el trabajo intelectual» del #NuevoPlanDeEstudios ya que a mi parecer las formas de evaluar que tenemos mas allá de un poco anacrónicas y sacrificadas pueden ser un poco burocratizadas, repetitivas y poco eficaces, y posiblemente el capítulo institucional nuevo que se abre al estrenar un #NuevoPlanDeEstudios, nos ubique en una coyuntura  positiva para enfrentar colectiva y racionalmente este desafío.

Los tipos de evaluación.

Como ex-usuario del plan IPUR y desde hace ya mas de un lustro como docente, observo que el tránsito por la licenciatura supone un doble trabajo para el estudiante en lo que a instancias de evaluación refiere. Por un lado dar cuenta de los aprendizajes construídos durante el proceso de una asignatura, y por otro entender el sistema de evaluación del curso, el funcionamiento de cada una de las técnicas de evaluación y por momentos hasta la idiosincrasia del curso o incluso la psiquis del profesor.

En las relaciones docente – estudiante esto se expresa en las preguntas formuladas por los estudiantes y que tanto nos fastidian a los profes del tipo: ¿pero que es bien que quiere usted que ponga?. Y en el fondo entiendo que estos intercambios encubren las dificultades de decodificación y explicitación de los objetivos de la evaluación. ¿Para que está puesta esa una instancia de evaluación?, ¿En el marco de que sistema de evaluación (del curso y de la institución)?, ¿qué pretende evaluar una instancia de evaluación?.

El caso de las monografías y sus primas hermanas.

Uno de los típicos instrumentos de evaluación en el campo de las ciencias sociales y humanas es la #Monografía, y la infinidad de primas hermanas que la acompañan. Hablo de primas hermanas ya que la monografía es un muy particular tipo de producción académica escrita similar al capítulo de reseña bibliográfica y estado del arte de un proyecto de tesis; es decir, una producción en la que los autores esperan dar cuenta exhaustivamente del desarrollo y estado de un campo de problemas conceptual o empírico determinado, para luego de ello esbozar algunas reflexiones sustantivas respecto a ello. Suelen ser trabajos de una extensión variable pero casi nunca menor a las 15 páginas.

Primo hermano de la monografía se encuentra el #Ensayo. También de extensión variable, el objetivo de esta producción académica es esbozar y articular reflexiones en torno a distintas aristas de un campo problemático -empírico o conceptual- sin exigencias de una presentación panorámica exhaustiva del mismo.

Junto a ellos podemos encontrar una lista mayor de primas menores como la reseña, la resención, y la simple reflexión escrita promovida por alguna consigna disparadora.

No solo qué escribir, sino también cuanto y cómo…

Mas tal vez con un exceso de inspiración Habermasiana, estoyt convencido que, al menos para este tipo de cosas, la construcción de un #LenguajeEnComún resulta práctico y necesario. Así, se me ocurre que bueno sería continuar la senda marcada a nivel central por la #OrdenanzaDeGrado que recapitula y define múltiples capítulos del complejo acto de administrar, compartir y recorrer espacios institucionales de #Enseñanza-Aprendizaje, y definir aunque mas no sea en nuestro nivel local las características particulares de este tipo de productos, de modo tal que el docente pueda elegir entre un pool de requerimientos específicos y el estudiante tenga criterios claros del tipo de producción esperado.

Volviendo a la conversación con Bruno sobre el #MoodleMoot, el compañero -estudiante de profesorado en la IET del consejo de Formación Profesional- subrayó una ponencia en la que se discutían criterios sobre los elementos a evaluar en una monografía y/o sus primas hermanas.

Presento aquí una matriz que ítems a considerar -y que inconcientemente ponderamos- en la evaluación de una producción de este tipo, explicitando a los estudiantes desde el comienzo los puntajes a asignar en cada ítem, transparentando -y entiendo yo que hasta facilitando- los criterios de evaluación.

Sería interesante abrir una discusión sobre este instrumento en vías separadas. Por un lado reflexionar sobre la utilidad o no de ‘estandarizar’ institucionalmente los parámetros del instrumento de evaluación y hacerlos explícitos desde el comienzo. Por otra vía discutir cada una de las ponderaciones y los ítems en cuestión, orientado a  refinar el instrumento y considerar variables que aumenten la capacidad de tener un instrumento en común sobre la base de nuestras particularidades.

Voilá…

Sin mas presentar una de las matrices posibles para comenzar la discusión.

ITEM	PUNTAJES PARCIALES (Sobre un total de 100 )
Presentación trabajo, prolijidad, aspectos formales (uso de citas, referenciación de las mismas, consistencia de la bibliografía), prolijidad en la presentación del tema a trabajar y la forma de hacerlo (introducción)	15 puntos
Profundidad en el tratamiento de los contenidos.	30 puntos
Aportes originales/creativos en el análisis realizado por lxs estudiantxs ()	15 puntos.
Capacidad de síntesis y consistencia narrativa.	20 puntos.
Cumplimiento de la consigna.	10 puntos.
Cumplimiento de los plazos de entrega.	6 puntos.

Se dejan 4 puntos liberados para la equilibración de los resultados del trabajo a elementos del proceso de trabajo del curso (participación).

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